Moldéame en el ansia de un te quiero,
jardinera en la flor del sueño puro,
expande tu fragancia cual venero
en este pobre corazón maduro.
Y planta con cariño verdadero
una bella guirnalda sobre el muro
del viento de mi amor aventurero
que navega en el mar de lo inseguro.
Aborda el galeón de mi derrota
con esa ligereza tan galana
que hace volar tu lírico navío
sobre el yodo y la espuma, -gaviota-,
en la brisa sutil de la mañana,
con un verso de amor y desvarío.
viernes, 31 de octubre de 2008
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